miércoles, 18 de enero de 2017

Beethoven, Mario Bross y la princesa del reggaeton

Beethoven es un gran músico, todo el mundo le conoce. Ha creado algunas de las mejores melodías que se han escuchado en todo el Mundo. Seguro que si buscas en internet encontrarás muchas de sus canciones e información sobre su vida. También podrás ver su cara y su pelo que parece de un león. Y aunque parezca enfadado lo cierto es que es una persona muy simpática y sensible. Pero lo que en casi ningún sitio se cuenta es que también vivió muchas aventuras, la última fue hace poco en la Libre del Barrio de Leganés.  Y ¿sabes qué? Los Irrepetibles te la vamos a contar.

Beethoven caminaba por el bosque pensando en una de sus composiciones musicales cuando se encontró con un extraño castillo. Era un castillo raro, muy grande, muy alto y con unas enormes torres a los lados. Y diréis, ¿y qué tiene eso de raro? todos los castillos son así.  Y tenéis razón pero es que de este castillo salía una música muy rara y relucía como si tuviera luz dentro.

Beethoven, imagen de MedioDescocido en Flickr.com con licencia Creative Commons


Beethoven se quedó en la puerta del castillo mirándolo y descubrió que había un personaje muy raro vigilándola. Era un hombre con barba, un mono rojo y un peto azul y estaba muy muy quieto. El músico le saludó pero el extraño portero del castillo sólo le dijo: "Echa una moneda".

Nuestro protagonista decidió hacerle caso y echó una moneda en una pequeña ranura que había en la puerta. Cuando lo hizo, todo cobró vida: el portero comenzó a moverse, la puerta del castillo se abrió y una música muy ruidosa comenzó a sonar desde la torre más alta.

- Hola amigo - preguntó Beethoven al portero.

- Hola, ¿Quién eres? - le respondió el extraño.

- Yo soy Beethoven y paseaba por el bosque cuando me encontré con este extraño castillo.

- No es extraño amigo, yo soy Mario Bross y este es un castillo de videojuego. ¿Beethoven, de qué me suena tu nombre?

- Soy un músico.

- Claroooo, ahora recuerdo, te he visto en la Wikipedia. ¿Entonces eres músico?

- Si, compongo varias canciones al día.

- Estupendo, entonces quizás tú puedas ayudarme con un problema muy grande que tengo. - le pidió Mario Bross.

- Claro amigo, si puedo ayudarte, en lo que sea, lo haré.

- Verás, se trata de la princesa Larita, está todo el día en la torre esa tan alta que ves desde aquí.

- ¿Qué le ocurre? ¿Un dragón la tiene retenida? ¿Quizás está hechizada por un brujo?

- Nada de eso, más bien está encantada- explicó Mario Bross.

- ¿Por el poder de un gran mago maligno?

- Nooooo, más bien es que está encantada... con el reggeaton.

- ¿Regetton?

- Siiii, se pasa el día oyendo esa música y ya no escucha a nadie más ni quiere hacer nada. Ni siquiera quiere participar en mi videojuego. Por eso la partida está parada y los niños no pueden jugar, porque la princesa no quiere participar.

- Vaya, pues si que es un problema sí. Es bueno escuchar muchos tipos de música, no siempre la misma. Porque las canciones pueden meterse en nuestra cabeza y no salir nunca de ellas. Pero estar todo el día escuchando lo mismo... te da dolor de cabeza.

- Quizás tu puedas ayudarla y puedas salvarla si le enseñas una de tus melodías.

- Lo voy a intentar - contestó el gran músico.

Beethoven se apresuro a subir a la torre pero Mario le advirtió: - ten cuidado con las escaleras de la torre, son muy cansadas-

- No será para tanto. - contesto el músico y se puso a subir las escaleras.

De lejos escuchaba los gritos de Mario... ¡¡son 364 escalones.....!!!

Y subió y subió peldaños y después de varias horas llegó arriba cansadísimo y se encontró con una puerta de madera enorme, de la cual salía una música muy ruidosa.

Empujó las puertas y se encontró con una princesa bastante divertida, con los pelos y la ropa de muchos colores y bailando como nunca había visto bailar a nadie. Él estaba acostumbrado al ballet ese le parecía un baile de locos, se movía, se arrastraba por el suelo, se subía a las mesas.

La princesa casi ni se dio cuenta de que Beethoven estaba allí de tan rápido que se movía y de tan alto que estaba la música, no había escuchado cómo se había abierto la puerta.

Así que Beethoven sacó los instrumentos que traía con él. Porque debéis de saber que Beethoven tocaba muchos instrumentos y lo más increíble: los toca todos a la vez.

Y comenzó una melodía que fue improvisando. Comenzó con un tambor y unos platillos a marcar el ritmo, después con un piano comenzó una melodía y después con una flauta de viento sonó el acompañamiento.

La princesa poco a poco empezó a escuchar la música de Beethoven, primero pensaba que era su aparato de música que se había estropeado pero después se dio cuenta del músico y de todos los instrumentos y empezó a bajar la música que ella estaba bailando.

La melodía de Beethoven era tan dulce, tan mágica y tan divertida a la vez que la princesa quitó del todo la música que ella tenía y se puso a bailar la canción de Beethoven. Seguro que si vosotros la hubierais escuchado habrías hecho lo mismo.

Se movía como si fuese un pájaro, o una ardilla saltando de árbol en árbol. O como una pluma llevada por el viento.

- Me encanta tu música, hacía mucho que no escuchaba algo distinto al reggeton en esta torre. - Le dijo Larita entre baile y baile.

- Yo soy Beethoven y me dedico a hacer música. ¿Cuando hace que no sales de esta torre Larita?

- Ufff.... meses, quizás años, ya ni recuerdo. - Contesto Larita pensativa sin parar de bailar con la música.

- Si quieres puedes venir conmigo. En mi casa tengo todo tipo de música.

- ¿Y podré bailar?

- Claro que sí, además te puedo enseñar a tocar algún instrumento si tu quieres.

- Me encantaría aprender a tocar la guitarra- contestó Larita entusiasmada.

- Pues adelante, bajemos de la torre...- pero Beethoven al dar el primer paso para bajar las escaleras se sintió muy muy cansado. Aunque parecía un león con su melena, en realidad era ya algo mayorcito y había hecho un largo camino hasta llegar hasta el castillo y subir los 364 peldaños de la torre.

Así que sabéis ¿qué hizo la princesa?

Pues si, como era joven y fuerte y estaba en forma gracias al baile cogió a sus espaldas a Beethoven y se marcharon escaleras abajo en busca de la música.

Y colorín colorado, espero que el cuento y la música a ti te haya gustado.

Dedicado a La Libre de Barrio que inspiró este cuento y a todos los niños que disfrutaron de la actuación de Los Irrepetibles.

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